sábado, septiembre 14, 2013

JOYAS EN LA WEB - Diez momentos robados del jazz

telam.com
Lautaro Ortiz 
Guionista [ILUSTRADOR]
Desde hace años internet posibilitó a los amantes del jazz ver y oír filmaciones que solo eran conocidas a través de las referencias de críticos y estudiosos. Muchos de los videos tienen hoy un valor histórico (más allá de la calidad técnica) nos abren puertas para ser testigos de instantes únicos e irrepetibles, como la sonrisa de Charlie Parker, la tristeza Lester Young o la técnica de Jamal. 
Este es un recorrido segmentado y arbitrario de algunas de los momentos importantes de esa música que, como intentó definirla Julio Cortázar en Rayuela, “es como un pájaro que migra o emigra o inmigra o transmigra, saltabarreras, burlaaduanas, algo que corre y se difunde”. VEA Y ESCUCHE.. La risa del jazz, Billie Holiday y Lester Young., Jo Jones junto al quinteto de Harry Edison., Benny Goodman Trio., Jack Teagarden y Louis Armstrong., Lee Morgan., Stan Getz y Chet Baker., Blues for Mr. Broadway., Vijay Iyer Trio
1 La risa del jazz

Sin temor a equivocarse puede decirse que con Louis Armstrong empieza el jazz, con Duke Ellington se comprende la razón de su existencia y con Charlie Parker se conoce el alma que la anima. La sonrisa del saxofonista alto que puede verse en este video es la que persigue a todo el jazz moderno hasta hoy. Es la mueca del tiempo, de la belleza y de la tragedia humana. Se cuenta que en 1944, el productor Norman Granz se reunió con el fotógrafo y cineasta Gjon Mili para crear “Jammin' the Blues”, un corto de 10 minutos con los mejores músicos. Ante el éxito de ese film, decidieron probar con uno nuevo llamado “Improvisación” que se filmó en 1950. El problema era que no podía grabar al mismo tiempo la pista de audio y la del video, por lo que juntaron en el estudio a Charlie Parker (saxo alto), Coleman Hawkins (tenor), Hank Jones (piano), Ray Brown (contrabajo) y Buddy Rich (batería) para la toma de sonido, y luego los filmaron haciendo “play back”. Las pistas se sincronizaron más tarde. Sin embargo, no todo salió como se esperaba. Parker no dejó de reírse durante la filmación. Tal vez la misma risa que esbozó aquel sábado nocturno de 1955, cuando frente a un espectáculo de magia que pasaba la TV, dejó esta vida a los 34 años.

2 - Reencuentro y despedida

Billie Holiday y Lester Young.

Él la llamaba “Lady Day” por su elegancia. Ella lo llamaba “Pres” porque era el presidente de todos los saxofonistas. Se conocieron en 1937 en la orquesta de Count Basie donde el sonido de Pres (ligero y relajado) sería el que gobernaría el jazz durante los años siguientes. Ella supo que la música los había unido como una flecha invisible. Juntos lograron las grabaciones más conmovedoras de la historia. Las desdichas en el amor, la segregación racial y las drogas (ella), una traumática experiencia en el ejército y el alcohol (él), los reunía. Y aunque nunca fueron pareja, ambos fueron víctimas de los silencios que suelen atacar al amor. Se volvieron a ver la noche del 5 de diciembre de 1957 cuando la CBS transmitió un programa en vivo en su especial “The Sound of jazz”. Ahí estaba ella (su voz había perdido el vigor de la década pasada, pero aún conservaba la magia) junto a Ben Wester (tenor), Gerry Mulligan (barítono), Vic Dickenson (trombón), Roy Eldrige (trompeta), Mal Waldron (piano), entre otros. Nadie sabía si él podría hacerlo. Estaba enfermo y cansado. Sin embargo, en el minuto 2, él da un paso adelante, y a ella se le ilumina la cara. Se despidieron en el camarín, luego de una breve conversación, para siempre. Lester Young murió solo y sin dinero en un hotel de Nueva York dos años más tarde. Al enterarse, Billie Holiday dijo “seré la próxima” y murió cuatro meses después.

3 - Un genio de los tambores
Jo Jones junto al quinteto de Harry Edison.

La orquesta de Count Basie sonaba como una usina de swing gracias a una música interpretada con un pulso sin fisuras por parte de una sección rítmica excepcional, integrada por Walter Page en contrabajo, Freddie Green en guitarra y Jo Jones en batería. “Papa” Jo Jones (así llamaban a Jonathan David Samuel Jones), que influyó a los músicos del Be-Bop, supo “trasladar con maestría hacia el bombo grave (con acentos explosivos) el ritmo básico clásico centrado en los platillos” (Neil Tesser dixit). En este video, junto al quinteto de Harry Edison (filmado en Londres, 1964, con Coleman Hawkins en tenor, Harry Edison en trompeta y Jimmy Woode en contrabajo) se puede apreciar cómo el baterista (con muchísimo humor) refunda el instrumento y explora todas sus posibilidades en el famoso tema de Juan Tizol.
4 - Un negro entre blancos

Benny Goodman Trio.

A Benny Godman no le pesó nunca se llamado “El rey del swing”, porque eso no explicaba sus aportes al jazz como instrumentista y como director de orquesta. Para él ese nuevo sonido que cambió los oídos de Estados Unidos, a partir de 1935, era mucho más que una forma de “domesticar” la música de los negros (algo así como música de negros tocada por blancos para blancos), era además un gesto de admiración y amor a la música nacida en Nueva Orleáns. Y aunque el poeta negro Leroi Jones sostuviera que “nada tenía ver con la nación norteamericana negra”, Goodman demostró lo contrario. Él fue quien se atrevió a tocar en público con el famoso trío (con Gene Krupa en batería) que incluía a un pianista flaquito, de manos legras, y tez oscura llamado Teddy Wilson. “Los tres trabajamos juntos como si hubiésemos nacido para tocar así”, dijo el clarinetista, que años más tarde incluyó en sus filas al vibrafonista, también de color, Lionel Hampton.

5Imposible ser desdichado

Jack Teagarden y Louis Armstrong.

En 1929 el pianista y compositor Howard Hoagland Carmichael creó una de las canciones más hermosas entre las muchas de su autoría. Se trata de un diálogo entre un padre y un hijo que conversan sobre la vida “Tráeme un poco de gin hijo, que el día del juicio está moviendo mi mecedora”, reclama el padre al niño. No es casualidad que Louis Armstrong la haya cantado junto a su alumno más querido, el trombonista alto de Texas, Jack Teagarden. La amistad nació durante una cena en 1929 convocada por Eddy Condon. Y como en las grandes amistades había swing, había blues, cuando se juntaban. Armstrong sabía que el sonido perezoso de ese trombón era parte de su alma musical, y por eso Big T (como se lo llamaba a Teagarden) es fundamental en la historia de los All Star de Armstrong y en el desarrollo de ese instrumento. Considerado el mejor cantante de aquellos años, el trombonista quiso tener su propia orquesta y se separó de Sachtmo. “Ese hombre, ese hombre es mi hermano”, había dicho el trompetista cuando el blanco se fue de su lado. Se reunieron otra vez a medidos de los 40 y juntos hicieron esta versión inolvidable. Si, como señala James Lincoln Colller, es “imposible ser desdichado cuando se escucha cantar” a Armstrong, es imposible no sentir el lento y triste latido del blues cuando lo hace Teagarden.
6La imaginación a la trompeta
Lee Morgan.

Los dos balazos que recibió en el pecho (el revólver lo empuñaba su celosa ex mujer) mientras tocaba en el bar Slugs de Manhattan, la noche del 19 de febrero de 1972, no pudieron borrar la marca que Lee Morgan (1938) dejó en la historia del jazz. Cuentan que Dizzy Gillespie saltó de su silla cuando escuchó a ese joven de 18 años, poseedor de una digitación perfecta, desbordante de imaginación, y con una energía nunca escuchada. Su música brilló en la orquesta de Gillespie e hizo enloquecer a más de uno cuando integró los Jazz Messengers. En 1963 graba el disco “The Sidewinder” (termino que hace referencia a ciertas personas inescrupulosas de los bajos fondos de Nueva York), un blues de 24 compases lleno de ardor, solidez y empuje, que sería unos de los discos más vendidos de la historia del jazz. Allí se puede escuchar a un Joe Henderson (saxo tenor) demoledor, acompañado de las sutilezas de Barry Harris (Piano); Bob Cranshaw (contrabajo) y el empuje permanente de Billy Higgins en batería.

7Amigos, hasta ahí

Stan Getz y Chet Baker.

Al saxofonista tenor Stan Getz no le agradaba ni la música, ni la personalidad del trompetista Chet Baker. Odiaba su forma de “entonar”, se quejaba de los desaciertos, dudas y la falta profesionalismo de ese mito que a fuerza de historias de autodestrucción y muchísimo talento, veneró el público europeo. Es que Getz (“Si pudiéramos, todos desearíamos tocar como él”, confesó alguna vez Coltrane) había construido un estilo personal (ya desde la orquesta de Woody Herman) donde el swing y los saltos vertiginosos del Be bop, se combinaban con un lirismo abrumador. Chet, que en los años de esta grabación estaba de vuelta de muchas cosas, que la vida le dolía en la cara (en su juventud se lo comparaba con James Dean), y que su sonido (que en los 50 sorprendió al mismísimo Parker) ya había perdido mucha de la magia que lo ligaba a Beiderbeck, Errático, apoyado en el canto para compensar algunas pérdidas como instrumentista, sufría los silencios y desprecios de Getz que –por cuestiones de contrato- los había hecho subir al escenario en 1983 para una gira por Europa. Y aunque algunos músicos opinan que había un “conflicto de adicciones” (en relación al alcoholismo del saxofonista y el consumo de drogas pesadas del trompetista) los celos pudieron más. La famosa gira terminó antes de tiempo con un “¡Ya basta!” de Getz y el alejamiento de Baker, que entraba en la recta final de su vida. A pesar de todo eso la dupla dejó este disco que es una pieza única del jazz.

8Jazz de madrugada

Blues for Mr. Broadway.

Los mejores discos de jazz fueron grabados en largas madrugadas. “Aún hoy, la introducción del Blues from Mr. Broadway de Dave Brubeck, tocada por Thad Jones y Ben Webster con arreglo de Oliver Nelson sugiere una madrugada lluviosa de otoño en una gran ciudad”, escribió Carlos Sampayo en su Memorias de un ladrón de discos, recientemente reeditado por el sello Gauderio…y tiene razón…”More Blues And The Abstract Truth" es una suerte de continuación del glorioso y exitoso álbum “Blues And The Abstract Truth”, que sigue despertando admiración entre los oyentes. El personal de este disco está formado por: Ben Webster (saxo tenor), Phil Woods (saxo alto), Phil Bodner (saxo tenor y corno ingles), Pepper Adams (contrabajo), Thad Jones (trompeta), Roger Kellaway (piano), Richard Davis (contrabajo), Grady Tate (batería). Arreglo y dirección Oliver Nelson.
9La sencillez por sobre todas las cosas
Ahmad Jamal.

Podría haber sido Thelonius Monk, Charles Mingus, Bill Evans o Miles Davis, sin embargo el elegido de este video es Ahmad Jamal (nacido como Frederick Russell Jones), uno de los grandes pianistas vivos que tiene jazz. A fines de los 50 mientras los músicos de Be-bop atacaban al silencio con “miríadas de notas”, Jamal comprendió que la velocidad podía ser una condena. “No te limites a hacer algo ¡Quédate quieto!", y sus dedos apenas se movían en los registro medios del piano. Jamal no trabaja con el silencio sino con la pausa, es lo que se dice un tempista, alguien que sabe que lo importante es el fluir del ser. Su música sobrevuela, levita por sobre las formas, en procura de ese “refinamiento de la sencillez” que tanto admiró Miles Davis. Todo comenzó con su clásico ligero y alegre “Poinciana” incluido en el disco de 1958 “But Not for Me”. Hay muchísimas versiones del mismo Jamal, se optó aquí por la interpretación en 2012, Francia, junto a los músicos James Cammack en contrabajo, Herlin Riley en batería y Manolo Badrena en percusión.

10El sonido contemporáneo
Vijay Iyer Trio

Mucho se habla acerca de los caminos actuales del jazz. Y si años atrás se sostenía que (con Wynton Marsalis a la cabeza) que el Free Jazz era “un callejón sin salida”, y que había que regresar a los “orígenes” para recuperar la salud perdida, por suerte hubo una nueva generación de músicos jóvenes que toman como punto de partida las experiencias del Free (última de las etapas de renovación jazzística). Como bien señala Diego Fischerman en el artículo “Vida nueva para el jazz” (Página/12 del 22/2/13) estos jóvenes contemporáneos asumen “la atonalidad, la prescindencia de una secuencia de acordes repetidos y la ruptura de los pies rítmicos regulares del jazz” como “sencillamente una parte de la enciclopedia con la que cuentan” para crear su propia música. En este video se puede escuchar durante más de una hora al joven pianista Vijay Iyer quien fuera considerado por revistas importantes como Jazztimes y DownBeat (USA) y Jazz Magazine/Jazzman (Francia), uno de los nuevos talentos del jazz.

Fuentes: Bird, Ross Russel; Los grandes del jazz, LeRoi Jones; Guía de jazz, Neil Tesser; Louis Armstriong, James Collier; El Jazz; Joachim Berent, entre otras.

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